La respuesta está en sus inteligentes Cliff Sensors, que en nuestro idioma se traducirían algo así como Sensores de Acantilado, de Altura, vaya. Estos sensores detectan los bordes y avisan a la Roomba para que los ubique y, por supuesto, los evite.
A pesar de su elevada efectividad, hay que tener presente que ciertas situaciones dificultan la tarea de estos sensores: los bordes redondeados, por ejemplo, despistan al robot. Las superficies resbaladizas o que los sensores queden cubiertos de suciedad hacen también que la detección de desniveles sea menos eficaz.
Si tu Roomba está experimentando dificultades a la hora de ubicar las escaleras, inspecciona el estado de los sensores de altura. Para ello, sigue estos pasos:
- Vacía el depósito
- Pon a la Roomba boca arriba sobre una superficie plana
- Inspecciona los 4 sensores situados bajo el parachoques y límpialos con aire comprimido.
- Pon a la Roomba boca arriba sobre una superficie plana
- Inspecciona los 4 sensores situados bajo el parachoques y límpialos con aire comprimido.
Una vez que los sensores estén limpios, vuelve a montar la Roomba y comprueba si detecta el desnivel. Si a pesar de ello funciona bien en otras zonas de la casa pero no acaba de situar el desnivel, probablemente sea por una característica del suelo o del propio borde: te recomendamos que coloques una pared virtual parar facilitarle el trabajo a la Roomba.
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